Hoy quiero platicarte de algo que encontre:
Por mucho tiempo he creído en un Dios, Dios como ente creador del universo, un Dios que no pertenece ni es propiedad de ninguna religión, un Dios que creo la diversiada de mundos y galaxias y que como ser magnanimo y generoso nos dio un regalo.
Siempre he dicho a viva voz que el regalo que Dios nos dio, es el libre albedrío, discernir y actuar según nos convenga, siempre y cuando no afectemos a los demás. Si como no!!!
Cada acto que hacemos conlleva una responsabilidad y tiene sus consecuencias, las cuales muy pocas veces estamos dispuestos a aceptar.
En estos tiempos tan dificiles, me he cuestionado infinidad de veces, si ese regalo, más que regalo fue una maldición, y fue nuestro egoísmo el que nos llevo a creer que somos los reyes de la creación y que somos como dioses, con la libertad de hacer y destruir.
No se si Dios existe como tal, pero el regalo mas preciado que he descubierto, no es pensar, discernir o actuar a mi antojo, el regalo más grande del universo, es saberse amado. Es amar, es perdonar, es vivir, es entregarse, es saber que esa fuerza creadora del universo, la tenemos dentro de cada uno. No se si sea el alma, espiritu, conciencia, pero cada uno de nosotros tenemos un soplo de divinidad, pero es necesario callarnos y postrarnos con humildad, para reconocer nuestra naturaleza y sus limitantes, entonces ese soplo se manifiesta, y se convierta en la llama, que inflama nuestro corazón de amor hacia nuestros semejantes, a nuestro entorno a nuestro planeta y todas sus criaturas.
En estos tiempos tan difíciles, debemos abrir ese regalo, el regalo de amor, de amar y ser amado. Creo que el tiempo cura muchas heridas y si lo vez pasar y aprendes, algo positivo te deja. Me ha tomado casi cuarenta años tener ese encuentro con mi regalo, y ahora que lo descubrí (aunque siempre ha estado ahí!!) es tiempo de compartirlo con todos.
Amen
Longo
Febrero 2010
Tuesday, February 09, 2010
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